Era rusa y se llamaba Laika…
Mi familia y yo tenemos una mascota, su nombre es Laika. Para quien la conocen y la han visto crecer, ha cambiado mucho a lo largo de sus 7 años de vida.
Es mi primera “hija”, mi primera responsabilidad y la primera en volvernos locos en toda la extensión de la palabra.
Mis hijas la adoran y a pesar de que a veces ella les tiene sus reservas, las adora también. El tenerla les ha ayudado a mis hijas a ser más sociables con otros animales, a ser más responsables y a entender que los humanos no somos los únicos seres vivos en esta tierra y que no somos los únicos que sentimos, aman y sufren. Laika es parte de la familia y un miembro irremplazable.
Son pocas las personas que conozco que sean constantes con el cuidado de una mascota.
Lamentablemente el ritmo de vida, la familia, el trabajo, el ingreso y el interés muchas veces no dan para mantenerlos. Es más, conozco a más personas que le tienen miedo a los animales que los que no; ¡Y no saben de lo que se están perdiendo!
No estoy diciendo que tengan a animales salvajes y exóticos en su hogar, de hecho ni siquiera tienen que tener un perro o un gato (que son los más comunes), sólo enseñarles el respeto, su misión en esta vida y el hecho de que ellos pueden tener un corazón muy grande también.
Deja te platico de algunos beneficios de la convivencia con animales:
Tener un animal en casa es tener un compañero incondicional, sobretodo los perros. Siempre te va a esperar y te recibirá con los «brazos abiertos».
Desarrollan el sentido de la responsabilidad y compasión: Un animal implica mucho compromiso y requiere de mucha paciencia y tiempo.
Los niños que conviven con animales, desarrollan la capacidad de reconocer que hay necesidades diferentes a las propias.
Cooperan más y se vuelven más generosos.
Los animales pueden contribuir al desarrollo del autoestima y autoconfianza.
Por medio del contacto físico que además de aportarle cariño al niño, desarrolla experiencias táctiles, seguridad en sí mismo y desarrollo de relaciones de confianza.
Como la mascota se vuelve parte de la familia, si tienes un hijo único y el día de mañana llegara un nuevo miembro a esta, esto no afectará tanto en los celos del hermano mayor.
Relacionarse con otro ser vivo de diferente raza, le ayudará a los niños a asimilar las reglas de comunicación no verbal y la capacidad de intuición.
Un estudio realizado en el Hospital de la universidad Kuopio en Finlandia, liderado por la Dr. Eija Bergroth (pediatra), concluye que la interacción con una mascota ayuda a potenciar el sistema inmunológico del bebé, sobretodo en su primer año de vida.
Los niños que conviven con perros y gatos tienen un 30% menos posibilidades de presentar síntomas de infecciones respiratorias. Esto es porque durante el primer año de vida el sistema inmunológico está aprendiendo a detectar microbios y con un “entrenamiento” en donde se expone a ellos lo ayuda a fortalecerse aún más råpido.
(Para más información sobre este studio visita Times health)
Y bueno, no me queda más que decir que estoy convencida de que el hecho de criar a mis hijos con animales los han hecho más sensibles con todos los seres a su alrededor.
No tienes que tener mascotas si no quieres, pero si expón a tus hijos a ellos.
- Llévalos a los zoológicos o granjitas.
- Visita amigos que tengan mascotas.
- Sensibilízalos cuando vean animales por la calle, sobretodo si son perros o gatos. Hay muchos centros de salud donde pueden ayudarlos.
- Si tienes mascota, esterilízala. Los gatos sobretodo pasan mucho tiempo fuera de casa y pueden regresar embarazadas. La preocupación no es solamente por las crías, sino por la misma mascota, su salud es la más importante.
- Si decides hacerte de una mascota, piénsalo bien (y más de dos veces) ya que una mascota es para siempre.
Ps: Feliz cumpleaños a mi Laika. 7 años de puro amor canino 🙂 aunque hoy te hayas hecho pipí en la sala, te quiero un montón!
M.