Dennise Carranza…Xantería Cosmética (México)

Mi rol como mamá siempre me ha hecho inmensamente feliz pero desde que terminé mi prepa sabía que independientemente si me casaba o no, o si tuviera hijos o no, yo  quería ser económicamente independiente, quería trabajar, ponerme retos y convertirme en una persona con éxito profesional. A los 17 años lo tenía claro, quería trabajar en una empresa multinacional. 

Al pasar los años me casé, acompañé a mi esposo a estudiar una maestría en el extranjero y después de tres años tuve a mi primer bebé, entre pañales, biberones y desvelos me di cuenta que a mis 17 el mundo se veía muy fácil y aunque mis prioridades habían cambiando  mis ganas de ser autosuficiente y cumplir mis sueños profesionales seguían ahí!!!  Sabía que quería tener otro bebé y sabía que no quería descuidar mi labor como mamá, ahora me daba cuenta que el ser mamá no solo era ser «niñera», por primera vez me daba cuenta que ese trabajo se queda corto. Yo era el principal conforte, la fuente de seguridad de mis hijos, su porrista personal, su principal fan, su consuelo y su directriz hacia el camino del bien. ¿Cómo irme a trabajar en un horario de 8am a 7pm? Y sobre todo ¿Cómo motivar a mis hijos a perseguir sus sueños si yo no fui capaz de luchar por mis metas? Noooo!!! Tenía que haber alguna manera en que pudiera combinar mi principal trabajo como mamá y sentirme satisfecha con mi éxito profesional. Todo esto iba más allá de cualquier remuneración económica, mi meta era cumplir mis sueños de realizarme, de trabajar. 

Me di cuenta que la mejor opción era poner un negocio, pensé en muchas opciones y tipos de negocio pero al final me decidí por uno que estaba enfocado al área financiero, decisión que fue tomada porque en ese momento como familia y pareja buscábamos fluidez económica. No voy a mentir, me gustaba administrarlo, ser la encargada de cobros y/o proyectos mantenía mi mente ocupada y activa, pero al final del día sentía que faltaba pasión…. Era económicamente rentable pero me hacia falta «algo». 

Cuando me embaracé por segunda vez comencé a darme cuenta que efectivamente la frase de «los hijos son prestados» no solo es absolutamente verdad sino que, para mi gusto, esta incompleta. Los hijos son prestados y comienzan a emprender su viaje a la individualidad casi casi recién llegados. Quieren hacer todo solos, ser «grandes», ser escuchados como grandes y opinar como grandes. Comencé a visualizar mi vida cuando mis dos hijos estuvieran casados o estudiando en el extranjero y mi primer pregunta fue: Y yo ¿dónde me veo? No me veía yendo a trabajar a mi negocio de giro financiero como pasión de mi vida, claro, no podía dejar de sentirme agradecida porque de ahí vivíamos cómodamente pero decidí embarcarme en la búsqueda de encontrar la mezcla perfecta entre pasión y profesión. Y estaba convencida a encontrarla. 

No quería convertir algo que me «gustara» en un negocio improvisado, principalmente porque el proyecto tenía que ser rentable a primera instancia para que fuera aprobado por mi esposo, aunque jamás me ha limitado, somos un equipo y tenía que ser rentable ante sus ojos también. Comencé por confiar en que sabría identificar «mi pasión» cuando se acercara por coincidencia. Cada noche me iba a la cama con la emoción de emprender un negocio el cual involucrara mis emociones y que me diera esa pasión que faltaba en mi vida profesional. Tenía claro que quería que fuera un negocio a largo plazo, 100% mexicano, que me generara retos y sobre todo que fuera ambicioso. La búsqueda no era fácil. 

Decidí estar alerta 24/7 en cualquier conversación, idea, anuncio, artículo o libro. Muchas ideas cruzaron mi mente y las investigaba pero ninguna me convencía. Un día platicando con un amigo me comentó que la industria cosmética en México había cerrado ese año (2010) con una venta de 9 mil millones de dólares, instantáneamente pensé: si tan solo tuviera un negocio que me dejara el .000000001% de ventas eeeennnnnnhhhhmmmmmm, este puede ser el negocio que estoy buscando!!! La cosmética abarca desde shampoo y cremas, hasta maquillaje y productos de belleza. Siempre me ha gustado arreglarme, en ese entonces ya había tomado más de 5 cursos de maquillaje (uno de ellos en Madrid, España) y el maquillaje era una parte importante de mi vida diaria. Lo había encontrado!! ahora el verdadero reto empezaba a tomar forma, tenía que conseguir proveedores de envases, expertos en maquillaje, químicos, laboratorios, e insumos de calidad, aunado a esto tenía que acoplarme a un presupuesto relativamente reducido. No perdí la emoción y la fe que el camino se iría abriendo según diera pasos firmes. Estuve casi un año investigando opciones, leyendo artículos y estudios de mercado, en conjunto trataba de ser mamá dedicada y  convencer a mi esposo, quien no tenía idea sobre el potencial de este mercado, de que era una buena idea de emprender. Todo esto combinado con mi trabajo de mamá con un pequeño de 4 años y una bebé que proclamaba toda mi atención. Aunque tengo que admitir que la parte más difícil no fue esa sino el guardar silencio ante todas mis amistades, familiares y conocidos mientras se cocinaba el proyecto.

 Al final todo salió perfecto, ahora somos parte del proceso de producción de los cosméticos pasando por el diseño y la venta final al consumidor, conseguimos fórmulas de maquillaje de alta calidad con proveedores y gente mexicana que sale a trabajar honestamente con ganas de poner el nombre de México muy en alto. Durante el proceso  conseguí a excelentes  proveedores, clientes, diseñadores, una exitosa consultoría y sobre todo tengo el apoyo de mi familia igual de dedicada que yo para emprender este viaje tan lleno de pasión en donde cada día dejo una parte de mi vida y esta es XANTERIA COSMETICA, una marca de la que me siento orgullosa y aunque sé que el camino es largo, me levanto todos los días, desde hace más de dos años con la emoción de darlo todo…. Agradecida infinitamente porque los tiempos se adaptaron de tal forma que mi trabajo/pasión me permite ser mamá y cumplir mi sueño profesional.  

  • Desde el comienzo la primer visión que tuve acerca de la línea de maquillaje que quería crear y lanzar al mercado era bastante ambiciosa, soñar no cuesta nada y me permitió  tener la suficiente confianza para creer en mí y en mis planes. Quería una empresa que me generara retos y que la pasión por trabajar en ella no tuviera fecha de caducidad.
  • Mi principal objetivo al querer crear una empresa siempre ha sido el realizarme como persona, como profesionista, como mujer. Ya me sentía bastante satisfecha con mi rol de mamá pero quería algo para mí, algo que cuando crezcan mis hijos se sientan orgullosos de su mamá. Estoy convencida que se educa con el ejemplo y si quiero decirles a mis hijos que persigan sus sueños, mi mejor manera de hacerlo es dándoles un ejemplo de vida.
  • No es fácil empezar de cero un negocio y si llevo recorrido un tramo bastante pesado es porque sin duda he tenido al mejor compañero, sin él no hubiera podido trabajar con el entusiasmo y compromiso con que lo he hecho hasta ahora. Mi esposo ha sabido tener palabras de aliento en los momentos de crisis, he contado con su apoyo y ha sabido confiar en mis planes. Me escucha, me debate, me reta y me impulsa a ser una mejor versión de mi. Estoy consciente que este “trabajo en equipo” que hemos conseguido como pareja no ha sido por suerte, hemos trabajado para obtenerlo. Tratamos de comunicarnos lo más directo posible poniendo las cartas sobre la mesa, comunicándonos en todo momento qué esperamos el uno del otro durante el camino que vamos a recorrer sin importar qué proyecto sea. Como cualquier matrimonio no siempre estamos de acuerdo, pero sabemos que la principal prioridad en común es nuestra relación y el bienestar de nuestros hijos así que mediamos nuestras diferencias poniendo nuestras prioridades en orden. Lo que me ha enseñado esta experiencia respecto a mi relación de pareja es que el contar con el apoyo y la admiración del padre de mis hijos, fue imprescindible al momento de iniciar mi negocio.

Si estas pensando en comenzar un negocio mientras haces malabares con tus tareas de esposa y mamá, aquí te van algunas humildes recomendaciones:


  1. Sueña en GRANDE, los sueños no cuestan y crean la atmósfera perfecta para desarrollar tus ideas.
  2. Antes que todo, tómate un tiempo sin interrupciones para tener una conversación con tu pareja acerca de tus planes. Hazle saber que necesitas de su apoyo para comenzar este nuevo y emocionante viaje.
  3. Algo muy común entre las mamás que trabajan es la culpa de no estar siempre presente, para eso te recomiendo dedicar tiempo de calidad con tus hijos que sepan que cuando estás ahí estás enfocada  a jugar y compartir 100% con ellos.
  4. Involucra a tus hijos en el proyecto. Date el tiempo de platicar con ellos acerca de tu negocio, cuéntales cómo te fue en el día, cuéntales cómo trabajabas mientras ellos están en el colegio e incluso pídeles y toma en cuenta su opinión. Lo más importante de esto es que van a ser parte de tu proyecto de vida profesional. 
  5. Medita diariamente. Con 10 ó 15 minutos diarios es suficiente para dar a tu mente la paz, la relajación y la claridad que necesita para seguir el enfoque de tus sueños.
  6. Actúa!!! No necesitas saber exactamente cómo conseguir tu meta, no necesitas saber los pasos, ni necesitas tener un plan perfectamente estructurado. Sólo da el primer paso… el camino se irá abriendo mientras sigas enfocada en realizar tu sueño. 


Foto cortesía de la revista Players of Life

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