Los amigos de tus hijos.
El ciclo escolar pronto se termina y con ello la preparación del próximo.
Como en todas las escuelas, aunque en la de mis hijas sea de dos salones por grado, cada año mezclan a sus alumnos para tener un buen balance basado en género, habilidades académicas y amistad.
La expectativa, los deseos y el nervio SIEMPRE están entre los padres para saber en dónde y con quién estarán sus hijos el próximo año. Y bueno, aunque la verdad es que yo no me preocupaba mucho hasta la fecha, ahora resulta que si porque
Este año mi hija va a estar por primera vez sin su mejor amiga.
Cuando me enteré la verdad es que me sentí un poco triste por mi hija. Tiene apenas 6 años y su mejor amiga lo ha sido desde la guardería.
Yo cuando estuve en secundaria, los 3 años de curso, los pasé con mi mejor amiga de aquellos entonces y honestamente los disfruté bastante. Cabe aclarar que yo estudié en un colegio enorme de 5 salones por nivel, con 30 alumnos por salón, así que agradezco a los profesores, que esos tres años nos hayan puesto juntas.
Toda esta situación me hizo darle muchas vueltas en la cabeza. Por una parte tenía los rumores de la mala actitud de una de las maestras que le habían tocado y por otra parte, tener que trabajar con ella sin su mejor amiga.
Seré anticuada pero yo soy de la idea de que todo es más fácil cuando tienes a tus amigas alrededor.
Pregunté, pedí opiniones y todo eso, sin decirle a mi hija. Al cabo que no había necesidad de decirle si antes podía “arreglar” las cosas.
Pedí cita con el director de la escuela, principalmente para consultarle la razón por la cual las había separado; tal vez no estaban trabajando bien juntas y era momento de separarlas. Tal vez las dos siempre estaban juntas y era tiempo de que empezaran a convivir con otras niñas o simplemente por que les dio la gana, no lo se.
No quise intervenir mucho, solamente saber la razón y una vez conociéndola ya sabría cómo actuar.
Y así pasé el día esperando que lo platicaran en la escuela y pronto tuvieran alguna respuesta para mi. Deseando que la movieran de salón y ahorrarme la incomodidad de la “mala maestra” y el “extraño a mi amiga”.
Me llevé una sorpresa cuando mi hija llegó a casa contándome el salón en el que tocó. Su opinión de las dos maestras y el hecho de que ya no estuviera con su “mejor amiga”.
Y bueno, pues resulta que no son tan mejores amigas como yo había pensado o como ella me lo había platicado. Y ahora va a estar con otras compañeritas con las que se junta mucho y trabaja muy bien.
¿Qué gané en todo eso? Bueno primero que nada una cachetada a mi misma por andar queriendo intervenir en este tipo de cosas. Pero aunque no lo creas, un gran aprendizaje también y que todos los padres deberíamos de tomar en cuenta.
Aprendí que muchas veces lo que queremos para nuestros hijos, no es siempre lo mejor.
Aprendí que a veces debemos que tomar decisiones con la cabeza y no con el corazón.
Aprendí que la plática constante con nuestros hijos es esencial para saber lo que está pasando en su vida.
Aprendí que está bien preocuparse por el más mínimo detalle. Es la vida de tus hijos.
Sigue tus instintos. Aunque todo el mundo me dijo que no interviniera, jamás me hubiera enterado de las nuevas amistades de mi hija.
Siempre da el beneficio de la duda. No conozco a esta maestra, no se cómo sea con los niños y aunque los rumores son muy fuertes, ella merece una oportunidad, así que se la daremos; sólo espero trate muy bien a mi hija.
Aprendí a reconocer su confianza y habilidades para relacionarse con más gente.
Aprendí que así como nosotros, nuestros hijos van a tener amigos por temporadas. Comenzarán a juntarse con unos, terminarán su amistad con otros y en alguno de esos ir y venir, seguramente nuestros hijos se sentirán lastimados en algún momento.
No hay mucho qué hacer más que escucharlos, consolarlos y estar ahí para ellos.
Aprendí que no se trata de mi. Y a pesar de que yo vaya a extrañar a la mamá de la amiga de mi hija, la vida sigue y si somos tan buenas amigas como pensamos, vamos a seguirnos frecuentando.