Yo nunca…

Cuando recién me convertí en madre, tenía muy claro las cosas que quería para mis hijos, tanto en educación, valores, crianza y demás.
Viviendo en un país lejos del mío, mi teoría era que necesitaba ser muy firme en todas mis decisiones y acciones, con el fin de que hubiese una armonía en el hogar y yo mantener mi sanidad mental.

Creo que antes de convertirme en madre, era la madre perfecta. De ahí hasta que me convertí en madre por tercera vez, creo que me he mordido la lengua muchas veces, porque he hecho miles de cosas que yo dije que nunca haría y también no he hecho muchas cosas que dije que haría.

Ayer por la tarde de plano perdí la compostura y le grité a mis hijos de una forma que cuando terminé de hacerlo, ni yo misma me reconocí.
Se la han pasado peleando constantemente todo el día. Llevan semanas así y honestamente no creo que dejen de hacerlo pronto.
Entre que se pelean, lloran, pelean, lloran y así sin descanso, luego la perrita de la casa ladrando y gruñendo todo el tiempo, lo perdí.

“¡Ya, dejen de pelearse, ya me tienen harta!
TU, deja de molestarlo y TU deja de lloriquear.
Si no saben jugar juntos, entonces tu te vas arriba y tu te quedas abajo.

Así es, yo siempre dije que nunca les gritaría a mis hijos y me he mordido tanto la lengua, que hasta sangre me salió.
Que chistoso, de verdad que nadie sabe en lo que se mete, hasta que ya está dentro ¿no?

Cuántas veces dije que nunca los iba a dejar comer enfrente de la tele y hay veces en que lo hacen porque prefiero no pelear por apagarla y pedirles que se vengan a comer.

Cuántas veces dije que nunca los iba a dejar sin bañar, pero hay veces en los que el cansancio me gana y sólo quiero que se vayan a dormir.

Cuántas veces dije que nunca les iba a dar dulces entre semana y hay veces en los que les compro uno si se portan bien en el super.

Cuántas veces dije que nunca iban a dormir conmigo y hay noches en donde prefiero dormir aplastada por ellos, que ir constantemente a su cuarto para verlos.

Cuántas veces dije que nunca les iba a decir “Si no vienes, ahí te dejo” y lo he hecho un par de veces en el parque.

Cuántas veces dije que nunca les iba a prestar mi teléfono y hay veces que no tengo otro remedio que dárselos para que estén tranquilos.

Cuántas veces dije que nunca me iba a ir sin despedirme de ellos por la noche, pero hay veces que se han portado tan pesados, que su padre se encarga una vez que llega y yo no vuelvo a subir sino hasta que me voy a dormir y me voy directo a mi cuarto.

Cuántas veces dije que nunca los iba a dejar despiertos después de su hora de dormir y hay días en los que mientras estén tranquilos y en su cuarto, no me importa que no se duerman. Ya lidiaré con despertarlos al día siguiente en 8hrs después.

Y así muchas más.

Porque en esta vida con hijos muchas veces no se puede planear. Una cosa es lo que nosotros queremos hacer y otra lo que se puede hacer.
Es un constante estira y afloja que mientras llevemos la fiesta en paz, en muchas cosas (pero muchas) tendremos que ceder.

Mantengamos claro lo siguiente que es lo básico y primordial. Que ellos estén vivos y felices. El cómo ya lo iremos descubriendo en el camino.

…¿Y tu en qué has dicho «Yo nunca»?

M.

 

 

 

Photo by Kristina Flour on Unsplash

 

2 Comments

  • Ivonne

    Yo nunca los voy a traer sucios de la cara… o con mocos! Uuyyyy Es inevitable!!!!
    Nunca les pondré una mano encima… odio decirlo pero aveces una nalgada es necesaria, admiro a quienes no lo hacen, y les funciona…
    Yo decía que siempre siempre iba a trabajar porque así se harían ellos más independientes… la vida da muchas vueltas y llevo ya 6 años sin trabajar y dedicándome al 100 a ser mamá y aunque me costó…. no lo cambio por nada, el tiempo que he podido estar con ellos y disfrutar que dependan de mi nadie me lo quita! Lo mejor! Y si son muy independientes de todas formas… hay siempre maneras de hacerlo… aún estando en casita con ellos.
    Oooohhh! Creo que nunca pensé en ser inflexible porque mis padres nunca fueron así… pero mi esposo fue criado de diferente manera y hallar el punto medio… o el punto en que a ambos guste la forma de llevarles y educarles no ha sido Sencillo! Nunca digas nunca! Ahhh y la cantidad si hace diferencia! Entre más hijos más se nos complica llevar las cosas de la manera anhelada… pero es extraordinario volver atrás la mirada y ver por todo lo que has pasado! Y lo que falta!

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