El segundo hijo…el de en medio.

Ya lo he dicho como un millón quinientas mil veces, la maternidad es un Rol muy divertido y cansado a la vez.
Convertirse en madre es una de las cosas más importantes en nuestra vida y llega a cambiar absolutamente todo.
Y justo cuando pensabas que ya lo “dominabas todo o lo tenías bajo control” , te enteras que otra diminuta cosita va a llegar a tu vida otra vez.

La llegada del segundo bebé a veces puede ser aterradora. Yo creo que lo primero que llega a la mente es “¿Cómo voy a llegar a querer a alguien tanto, como quiero a mi primer hijo?” Pero cuando llega, te das cuenta que el amor es tan grande que no tiene límites ni de personas, ni en tu corazón.

Recuerdo perfectamente a mi mamá cuando me dijo que lo principal que tenía que pensar, era cómo iba a hacerle para que Luciana (mi primera) no se sintiera desplazada. Mi pequeña a penas tenía 2 años y era todavía una bebé.
No te voy a mentir, fue MUY difícil. De momento podíamos lograrlo porque éramos dos adultos para dos bebés.

Con un segundo hijo a pesar de que sabes a lo que vas, es volver a empezar porque es un ser humano nuevo y completamente distinto.  Aprender de nuevo porque aunque no lo creas, el cerebro tiene memoria selectiva. Te lo digo yo que mis últimos dos hijos se llevan 14 meses y hubieron muchas cosas que volví a consultar.

Pero ¿Qué pasa cuando el segundo hijo se convierte en el de en medio? Al menos yo, tuve un mini paro cardiaco.
Mi Lottie si era una bebé de 5 meses cuando nos enteramos que Leo venía en camino. Me costó mucho trabajo asimilarlo y la verdad es que me preocupé mucho de cómo le iba a hacer.
Siempre había dicho que iba a hacer lo imposible para que cada uno tuviera su tiempo, pero ahora lo veía realmente imposible.

Ahora ya las teníamos todas de perder, 3 niños para 2 papás.

Pero siendo sinceros, creo que los padres nos PREocupamos de más en el caso del niño “Sandwich” Nos han metido en la cabeza que el Síndrome del Hijo de En Medio, es algo negativo. Mi hija de en medio me ha enseñado todo lo contrario.

Aunque los padres naturalmente le ponemos mucha atención al primero por ser bueno….el primero y al tercero por ser el bebé, ciertamente si influye a la forma en la que el segundo se desarrolla.

Tiene que buscar su lugar en la familia. Trabaja un poco más y eso le hace llamar la atención. Es nuestro trabajo, que al llamar la atención lo haga de forma positiva, por eso llegan a ser excelentes líderes. Son muy amigueros y se desenvuelven con mucha naturalidad.

Son los que te hacen ver el lado “comunista” en la familia, porque siempre querrán que todos tengan lo mismo (o al menos, te obligan hacerlo para evitar el “por qué ella si y yo no”) Te abren los ojos a la justicia en la familia.

Son muy simpáticos y eso les ayuda cuando comenten alguna falta. Son más empáticos y aunque no lo creas más maternales. Tienen el beneficio de ser la hermana mayor y la hermana menor.

Como les toca esperar, se vuelven más pacientes  y a la vez más arriesgados, porque muchas veces tienen que hacer las cosas por si mismos.  Aprenden a negociar para sacar provecho de la hermana mayor y ganarle al hermano menor.

Una vez leí que el hijo de en medio es como el tipo de sangre O, se llevan bien con todo el mundo. Y si es verdad, tiene una habilidad social más despierta que los otros dos. Desde el principio se pone a platicar con todos y juega con todos.

En nuestro caso, a pesar de que Lottie es la de en medio es la más apegada a mi; pero normalmente, el hijo de en medio es más desapegado de los padres y para cualquier situación, recurre primero a sus hermanos.

Algo muy importante y que hay que tomar en cuenta, es que hay que trabajar en su autoestima. Muchos pensarían que el hijo de en medio resiente mucho más las cosas que los demás, pero como cualquier niño, es importante que tenga un entendimiento de su valor y de su autoestima. Que sea alta no significa que sea fuerte y que entiendan la importancia de su vida y su lugar en la vida de los demás.

Yo creo que ser el hijo de en medio debe de ser divertido y retador a la vez. La personalidad de mi hija es un 99.9% la del hijo “Sandwich” ¡Y me encanta! Me vuelve loca porque siento que a veces empuja de más, pero con ella he aprendido a desarrollar aún más mi paciencia y darme cuenta que si hay mamá para todos.

¿Tu tienes dos hijos o más? ¿Cómo son? ¿Concuerdas con algo de lo que yo he aprendido del hijo de en medio?

Cuéntanos tus experiencias.
M.

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