Amor de hermanos
Yo soy la mayor de tres hijas. Entre ellas y yo nos llevamos dos años de diferencia. ¿Ellas? Si, son gemelas no idénticas y aunque las dos son completamente diferentes, las ha unido su nacimiento.
Dos años puede no ser mucho, pero cuando el ser humano está en sus primeros años de vida, dos años son dos mundos totalmente diferentes.
Y así estábamos mis hermanas y yo. Desde siempre estuvimos en dos mundos diferentes. En habitaciones diferentes, en el colegio en edificios diferentes, con horas de jugar diferentes y bueno, no se te hará raro que crecimos “separadas”.
Por la naturaleza de su nacimiento, ellas siempre fueron muy unidas, además yo por ser la mayor y por mi eterna personalidad “madre”, me hizo tomar un rol que no dejaba que las tres fuéramos tan unidas.
Así que podría decirse que en nuestro caso, en nuestros años de infancia no éramos amigas. De hecho, no lo fuimos sino hasta que crecimos y cada quien tomó su camino. Creo que maduramos de alguna forma y nos enfocamos en lo bueno nada más.
Hoy que soy madre de tres hijos, me he dado cuenta de la cercanía que un hijo puede tener con sus hermanos. Y el amor que crece entre ellos.
Así que aprovechando que pronto celebraremos el Día de San Valentín, en vez de hablar lo que es el amor de pareja o el amor entre amigos, me gustaría hablar sobre el amor que hay entre hermanos y que para ser sincera, nunca le damos el mérito que merece.
Depende mucho la edad en la que se encuentren tus hijos, pero un hermano es el primer compañero que va a tener tu hijo.
Aunque no creas, le permite desarrollar muchas habilidades sociales que no aprendería tan fácilmente afuera del hogar; como la empatía, el compartir, entre otros.
Mis hijos leen juntos, juegan juntos, se ayudan cuando lo necesitan, cantan y bailan juntos, hacen batallas juntos, se acurrucan juntos cuando es tarde de películas, quieren compartir cuarto porque juntos se cuidan entre ellos, son los compañeros de juegos en el parque, no necesitamos invitar a alguien más a la casa para que ellos tengan con quién jugar, se tienen el uno al otro. (ojo, no por eso tuvimos tantos hijos jeje)
Claro que no siempre es miel sobre hojuelas, y pelean (MUCHO), pero estoy segura que de faltar alguien nuestra vida familiar no sería igual.
Nosotros podemos alentar que nuestros hijos lleven una sana relación.
- Resalta la importancia de una unión familiar.
- No los compares.
- Ayúdales a apreciar las virtudes de los demás.
- Aliéntalos a hacer actividades en equipo.
- Cuando peleen, platica con ellos sobre cómo nuestras actitudes pueden hacer sentir a los demás.
- Hagan actividades en familia.
Yo se que a veces como hijos no vemos claro lo tanto que aprendemos de nuestros hermanos. Pero nosotros como padres, si podemos ayudarles a nuestros hijos a valorar a sus hermanos.
¿Y tu tienes hermanos? ¿Cómo te llevas con ellos? ¿Cómo se llevan tus hijos?